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“PASEAR”, es una instalación
que consta de un acera en forma de círculo, al pasear el
visitante de la exposición por ella, evoca la acción
de transitar por la vida y la incertidumbre que se experimenta a
lo largo de ella. Una acera desubicada de su contexto habitual al
ser expuesta en una sala de exposiciones, su forma en círculo
determina y crea un recorrido sin comienzo ni final, un transitar
sin destino, absurdo, sin sentido.
Una instalación cuya metáfora uno mismo es el protagonista.
Al subir a la acera y comenzar a caminar, uno se reconoce en los
pasos que va dando, transportándonos a otros paseos vividos,
en los que nos invadía la esperanza de que mañana
todo fuese mejor, intentando ahuyentar lo malo y dejándonos
seducir por un agradable alivio momentáneo.
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Paseando por la instalación
y al experimentarla, se evoca la asfixia de estar encerrados en
casa o en el trabajo y la necesidad de salir a caminar sin más,
para aplazar así el hecho de pensar en las dificultades diarias
en el tiempo que dura nuestro paseo. Un círculo que nos abruma
y nos angustia por el temor a que nada vaya a cambiar cuando volvamos,
pero que al detenerse uno y dar un paso al exterior de la acera,
uno retorna a la sala de exposición, experimentando la posibilidad
del cambio.
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