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Con el título de “Contemplar”,
se engloban una serie de instalaciones cuya pretensión es
la acción de contemplar la presencia de uno mismo.
Estas instalaciones dispuestas en el espacio y debido a sus formas
y colores se convierten en límites. Estos límites
en tanto que definen un nuevo espacio dentro de un espacio ya existente
genera nuevas posibilidades de recorrido entorno a éste,
por lo que rompen con una situación pasada, pero a su vez
son límites de una situación presente que imposibilitan
recorridos, generando posibles situaciones futuras.
Estas dos aparentes experiencias contradictorias de experimentar
“Contemplar”, son complementarias y conducen a reflexionar
entorno a uno mismo, entorno a lo que no somos en relación
a una situación pasada, a un espacio pasado, como por lo
que aún no somos a posibles situaciones futuras, a nuevos
espacios futuros.
Esta presencia de uno mismo como aquello que no se es, no se es
en el espacio, no se es en el mundo, implica una contemplación
de uno mismo.
Columnas, paredes, remiten a límites, a estructuras dentro
de estructuras. Cada elemento que configura en su totalidad cada
una de las instalaciones posee unas cualidades individuales a nivel
de forma y de color, unos límites, una estructura, así
como el elemento que está a su lado.
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Puestas en conjunto la estructura
individual se ve modificada por el elemento que está a su
lado y éste a su vez por la estructura individual a la que
ha sido puesto como adyacente, diluyéndose el concepto de
estructura y convirtiéndose en un imposible.
Esta concepción se refuerza con cada elemento aparentemente
parecido, que configura la instalación, ya que hay series
de elementos que parecen tener la misma forma y color, cada cubo
verde parece igual, pero todos son diferentes. La aparente repetición
de elementos parecidos y/o iguales, remite a la idea de orden, pero
la variación, la diferencia de cada uno de ellos, nos vuelve
a denotar lo opuesto; una ausencia de orden.
Cada límite, cada construcción, podría haberse
construido de otra forma, con otra variación, con otra posibilidad,
convirtiéndose la experiencia de construir cada instalación
en una imposibilidad de crear algo finito, porque lo finito que
está presente ante nosotros, la instalación, lo que
nos demuestra con su presencia es que podría haber sido otra.
Contemplación del fluir, de las posibles variaciones, de
lo que constantemente no somos en relación al espacio, en
relación al otro, en relación al mundo, es la intención
de experimentar “Contemplar”. |
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