Descenso es la maqueta de una instalación por la que el usuario desciende por una rampa de mármol negro, variando su punto de vista, su línea de horizonte, por debajo de la línea de tierra, del suelo del espacio en el que se ubica la instalación. El usuario literalmente se hunde, un recorrido cóncavo por el que se puede ascender y descender y por el que cruza el espacio de lado a lado.

El conjunto de la instalación se compone por el propio espacio blanco en cuyo suelo de mármol negro se abre una zanja equidistante a las paredes laterales y que recorre ambas puertas de acceso o de salida al espacio, a medida que el usuario desciende por ella pierde el referente de la sala y se encuentra en el punto más bajo y ve como está rodeado por las paredes del hueco de la zanja, envuelto por el mármol negro, y por la curvatura de la concavidad del recorrido, impidiéndole ver la superficie, hundido en la constatación de su propia presencia.

La elección del mármol negro como material no es aleatoria si no que incide en la escenificación, en la teatralidad del descenso, así como por sus cualidades evoca una concepción entorno a la escultura que contrasta con la propuesta por la instalación y el descenso en sí mismo, una dualidad que nos remite al tránsito entre dos polos, al límite entre lo propuesto y lo evocado, aumentando e incidiendo aún más en lo ilusorio de la experiencia, en la metáfora intrínseca al descenso.

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